CAMPAÑAS > LARIOS
Con la llegada de las Fiestas del Pilar de 2017, Larios se puso en contacto conmigo para poder colaborar juntos en una campaña muy atractiva, ya que habían llevado a cabo la creación de una edición especial de su botella, con motivo de las fiestas. La verdad es que me pareció muy interesante, y más tratándose de mi tierra.

El trabajo consistía en dos fotografías, en las cuales evidentemente, las referencias a las fiestas debían ser la base sobre las que debía girar el contenido de las instantáneas.
En una de ellas, la cual sería utilizada para ser subida a sus redes sociales, la botella debía aparecer en un entorno cercano a poder ser, de cualquiera de los sitios que la misma contenía. En este caso las referencias eran la Basílica, los Leones del Puente de Piedra y el Tragachicos entre otros.
Después de jugar con diferentes encuadres, ángulos e ideas en varios emplazamientos, decidí caer un poco en el “tópico” y hacer la foto frente a uno de nuestros lugares más emblemáticos, El Pilar. Lo que al principio era algo que quería evitar, se convirtió finalmente en mi mejor opción, ya que coloqué la botella de manera que pudiera parecer parte de la propia Basílica, y que la botella se convirtiera en una torre más.

Además me pareció interesante forrar el pie sobre el que se apoyaba la botella, con un elemento tan significativo y reconocible como el cachirulo, consiguiendo (creo), una conjunción total entre los elementos de la botella, la Basílica y el ya citado cachirulo.
La segunda fotografía de libre creación, pretendía seguir mi línea habitual cuando realizo este tipo de publicaciones. Composiciones poco cargadas, fáciles de entender y limpias. La verdad es que tuve algún conflicto de ideas, porque tuve que desechar varias, ya que quería ser muy cuidadoso a la hora de mezclar conceptos como fiesta, bebida o religión. No era fácil pero me puse a ello.

Como comenté, opté por intentar no ser agresivo con nada ni nadie, y que todos los elementos que aparecieran en la imagen, fueran capaces de representar un ambiente festivo, pero sin componentes que pudieran dar una lectura equivocada de la fiesta. Así que me pareció correcto que el cachirulo fuera una vez más protagonista.
Aunque no era la finalidad, el mismo tiene una forma de triángulo que podría emular un PLAY invertido, que diera a entender el inicio de las fiestas, y además el triángulo es muy reconocible, ya que es la forma que solemos ver en cualquier persona que porta uno en su cuello.
Pensé, inicio, PLAY invertido, y final…¡pues fuegos artificiales!. Con esa idea coloqué unas formas que emulaban los mismos, para darle un ambiente más festivo a la composición. La verdad es que quedé satisfecho con el resultado, y eso que tuve peleas conmigo mismo sobre que hacer y que no.
Además las fiestas fueron un éxito sin precedentes en muchos aspectos, así que doblemente contento. Sin más, ¡hasta el año que viene!
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